Manolo reflexiona sobre la derrota y el arbitraje sin cruzar la línea

Este sábado, el entrenador del RCD Espanyol, Manolo González, se expresó con contundencia tras el partido contra el RCD Mallorca, que dejó a su equipo con un sabor agridulce en la jornada 28 de Liga. En la rueda de prensa posterior al encuentro, González no dudó en calificar la actuación arbitral como controvertida, señalando que ciertas decisiones condicionaron el desarrollo del juego y, en última instancia, el resultado final.

“Si digo lo que pienso, a lo mejor no vuelvo a entrenar más”, comenzó González, dejando claro que su opinión sobre el arbitraje podría traerle consecuencias. El entrenador reconoció que el primer penalti, aunque atribuible a su equipo, marcó un punto de inflexión en el partido, que hasta ese momento estaba bajo control. “A partir de ahí, todo se volvió un poco extraño”, añadió, refiriéndose a las decisiones que se tomaron en los últimos minutos del encuentro.

El enfado en el vestuario era palpable, y González compartió que el equipo se sentía dolido tras haber competido de igual a igual contra el Mallorca. “Salimos de aquí con cara de imbéciles, que es lo que sentimos ahora mismo”, expresó, dejando entrever la frustración de sus jugadores tras el desenlace del partido. A pesar de la decepción, el técnico valoró el comportamiento de sus futbolistas, quienes mantuvieron la compostura y evitaron sanciones en un momento de alta tensión.

Analizando el desarrollo del juego, González comentó que, aunque el partido estaba equilibrado, la falta de efectividad en ataque les pasó factura. “Nos faltó buscar la portería”, admitió, tras señalar que la única oportunidad clara en la primera parte fue un remate de Edu. La segunda mitad trajo consigo más complicaciones, especialmente tras el empate, que se produjo debido a una defensa mal ejecutada. “Todo estaba condicionado”, reiteró el entrenador, evidenciando cómo las decisiones arbitrales afectaron la concentración de su equipo.

En cuanto al VAR, González prefirió ser cauteloso. “No soy la persona adecuada para hablar de esto”, dijo, refiriéndose a las posibles repercusiones de una crítica abierta al sistema. Aun así, dejó claro que el club necesita dar un paso adelante respecto a la situación, ya que lo vivido en el partido no debería ser ignorado. “Con esto no va a pasar nada”, sentenció, con un tono de resignación.

La jornada dejó al Espanyol con más preguntas que respuestas, y con un próximo partido en el horizonte, el equipo deberá encontrar la manera de dejar atrás la frustración y enfocarse en lo que viene. La liga continúa, y con ella, la necesidad de sumar puntos para mantener sus aspiraciones intactas.