Caparrós enfrenta retos para implementar su estilo de juego

El Sevilla FC está a punto de vivir un nuevo capítulo en su historia con la llegada de Joaquín Caparrós como técnico a partir de este lunes. La decisión de destituir a Francisco Javier García Pimienta ya ha sido tomada, y así se abre la puerta a un regreso que, aunque conocido, llega tras más de seis años de ausencia del banquillo sevillista.

Caparrós, un veterano en el mundo del fútbol, tiene la misión de reactivar un equipo que ha sufrido en este tramo final de la temporada. Con las lesiones de Rubén Vargas y Akor Adams como uno de los principales obstáculos, el técnico deberá ajustar su estrategia para encontrar una alineación que rinda al máximo.

La filosofía de Caparrós se ha caracterizado por un sistema 4-4-2 que incluye un doble pivote sólido, extremos rápidos y dos delanteros que aportan diferentes características al juego. Sin embargo, su capacidad de adaptación ha sido clave en su carrera, lo que le ha permitido modificar su enfoque según las necesidades del equipo o del rival.

Su última experiencia fue en 2020 al frente de la selección de Armenia, donde empezó con un 4-2-3-1. Sin embargo, ante las dificultades y las goleadas sufridas, se vio obligado a regresar a su sistema favorito, el 4-4-2, a pesar de las limitaciones que eso conllevaba en un equipo con menos recursos.

La afición sevillista espera que Caparrós pueda devolver la ilusión a un equipo que ha atravesado momentos complicados. Con su experiencia y su capacidad para gestionar situaciones adversas, el reto está servido: recuperar la esencia del Sevilla y empezar a preparar el camino hacia la próxima temporada de Liga.