El Mallorca sin Samu Costa: un reto para Arrasate en 2025

El Real Mallorca de 2025, bajo la dirección del astuto Jagoba Arrasate, ha demostrado que puede brillar en la Liga a pesar de las adversidades. En su reciente encuentro contra la UD Las Palmas, el equipo bermellón logró un triunfo importante, el primero de la temporada, y lo hizo sin la presencia del portugués Samu Costa, quien ha sido una pieza clave en el conjunto hasta ahora. Este cambio en la alineación ha revelado una nueva faceta del equipo que puede ser decisiva para el resto de la campaña.

La clave del éxito en este partido fue la eficaz colaboración en el centro del campo entre Omar Mascarell y Javi Darder. Juntos, ofrecieron una base sólida que permitió al equipo tener un mejor control del juego, favoreciendo la creación de oportunidades en ataque. Esta configuración estratégica permitió a Arrasate incluir un jugador más en la delantera, y el japonés Takuma Asano no desaprovechó la ocasión, destacándose con una actuación sobresaliente que dejó a la afición ilusionada y con ganas de más.

Con la vista puesta en el próximo desafío contra el Sevilla FC en el Ramón Sánchez Pizjuán, Arrasate se enfrenta a un dilema interesante: ¿debería reintegrar a Samu Costa, quien ha estado lidiando con molestias físicas, o mantener la fórmula que tan bien le ha funcionado hasta ahora? La recuperación del portugués podría cambiar la dinámica del equipo, pero el brillante rendimiento de Mascarell y Darder, junto con el regreso inminente de Manu Morlanes, crea una situación que podría beneficiarse de la profundidad en el banquillo.

La decisión que tome Arrasate será crucial para mantener el ímpetu del equipo en esta campaña y para satisfacer a los aficionados que esperan ver un Mallorca competitivo en la liga. La mezcla de juventud y experiencia en el equipo, así como la capacidad de adaptación del técnico, son señales prometedoras para los seguidores del club. Este Mallorca, que ha aprendido a levantarse tras las derrotas, podría estar en la senda correcta para convertirse en un rival temible en las próximas jornadas.